El águila sabe cuándo una tormenta se acerca mucho antes de que empiece. Ante la primera señal, volará a lo más alto para esperar los vientos que vendrán. A sí, cuando pega la tormenta, colocará sus alas para que el viento las agarre y la lleve por encima de la tormenta.
En tanto la tormenta este generando destrozo abajo, el águila vuela por encima de ella. El ave no se escapa de la tormenta. Simplemente, usa la tormenta para levantarse más alto. ¡Se levanta por los vientos que trae la misma tormenta! Que preciosa enseñanza para todos nosotros. Cuando las tormentas de la vida (las mismas que todos pasaremos sin excepción) nos toquen, podemos levantarnos por encima, poniendo nuestra fe en Dios.
Tener nuestra vida en Dios es como habitar en el punto más alto, más seguro, más elevado; allí donde ninguna tormenta pueda pasar sobre nosotros y es a su vez el mismo poder de Dios que nos levanta por encima de ellas.
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